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¿Cómo será el consumidor poscoronavirus?
25 mayo, 2020Durante la crisis sanitaria actual, a causa de las restricciones, el consumidor se ha visto obligado a cambiar sus hábitos de compra. Una forma de consumir que, con la desescalada hacia la nueva normalidad, se está viendo modificada. Según expertos de la UOC, el nuevo consumidor poscoronavirus mantendrá el hábito de comprar online, estará atento a promociones, preferirá el comercio local y pagará con tarjeta.
Durante el pasado mes de abril, en España, la venta online ha conseguido de promedio un 40% más de compradores que en 2019. Cabe destacar que, el confinamiento ha obligado a los mayores de 55 años, un segmento poco familiarizado con este tipo de consumo, a sumergirse en el ecommerce. Esto se debe a que, al ser los más vulnerables a la enfermedad, debían ser el colectivo más confinado.
Muchos se preguntan si pasada la cuarentena los consumidores volverán a su rutina anterior o seguirán fieles a sus nuevos hábitos. Según Neus Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC: muy probablemente, este consumidor sénior continuará comprando por internet porque ha perdido el miedo a hacerlo; las personas mayores han superado la inseguridad y la desconfianza que el comercio electrónico les generaba y han podido comprobar la comodidad que representa.
El papel del acommerce
El comercio automatizado consiste en programar el pedido de productos recurrentes o que se utilicen de forma habitual. Xavier García, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, afirma: hay productos de poco valor que necesitamos en nuestro día a día pero que solo nos acordamos de comprar cuando faltan. Si llegan a nuestro domicilio sin tener que pedirlos, con la periodicidad adecuada, es un ahorro de tiempo y de problemas. Este servicio, también, permite a los operadores prever el volumen de compras de un producto y ofrecer precios mucho más competitivos.
Compra online y offline
Los expertos apuntan a que la compra obtendrá una vertiente dual, que combinará el comercio en línea con el presencial. Ana Isabel Jiménez Zarco, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, asegura: se continuará comprando en línea porque hay mucha gente que tiene miedo a ir a las grandes superficies. Posiblemente esto empujará al pequeño comercio de proximidad, que ofrece un producto de calidad y a un buen precio y que no presenta aglomeraciones. Según datos de Kantar, el comercio local ha ganado cuota en el mercado de gran consumo frente a los grandes hipermercados.
El precio como factor
Ante la crisis económica que se avecina, el precio cobrará un papel protagonista a la hora de decidir qué producto y dónde se compra. Juan Carlos Gázquez-Abad, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, compara esta reacción por parte del consumidor con la de la crisis de 2008. Él afirma que se producirá una reducción de la oferta de muchas cadenas. De esta manera quieren que el usuario pueda hacer una compra más barata sin que deje de ser completa.
El consumidor poscoronavirus tendrá una menor capacidad económica y, por este motivo, estará más atento a ofertas y promociones. Gázquez-Abad explica: es probable que asistamos a un incremento de la presión promocional en muchas cadenas y marcas. En este contexto, muchas de las marcas de distribuidor o marcas blancas se van a ver beneficiadas, ya que una mayor racionalización, fruto de una menor capacidad económica, llevará al consumidor a valorar más aquellas marcas con mejor relación calidad-precio.
Asimismo, la manera de consumir será más controlada y dependerá del poder adquisitivo de cada familia. También se verá afectada por este contexto la tendencia ecológica, que se encontraba en auge en los últimos años. Este tipo de producto, al ser por lo general más caro, puede convertirse en un lujo, según Soler.
La tarjeta antes que el efectivo
Como consecuencia del miedo al contagio el consumidor poscoronavirus cada vez utilizará menos efectivo y, por tanto, incrementará el uso de tarjeta y pago con dispositivos inteligentes. Gázquez-Abad afirma que: eso beneficia a las tiendas, ya que está demostrado que el uso de tarjeta, en lugar de efectivo, incrementa el nivel de impulsividad de las compras y aumenta el gasto medio por cada ocasión de compra. Este factor, también, puede incrementar el número de acciones promocionales en los puntos de venta para estimular las compras impulsivas y no planificadas.
* Para más información: www.uoc.edu
25.05.2020