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Pago en criptomonedas: ¿Sí o no?
25 abril, 2022El 68% de los clientes online abandonan su carrito de la compra antes de completarlo, según un estudio impulsado por el Instituto Baymard. Esto se debe, principalmente, a dos motivos: la falta de confianza al facilitar datos bancarios y la ausencia de métodos de pago alternativos. Por ello, cada vez existen más marcas que apuestan por aceptar sistemas de pago alternos como Bizum, Apple Pay o plataformas digitales como PayPal.
En este contexto, últimamente, ha aparecido un actor que parece que comienza a ganar más y más poder. Se trata de las criptomonedas, las monedas digitales basadas en la tecnología «blockchain».
¿Qué son las criptomonedas?
En concreto, las criptomonedas consisten en una cadena de bloques en la que todos sus participantes se encargan de validar una transferencia de valores y activos de manera descentralizada y autónoma de los bancos centrales.
Dicha tecnología, cuya aparición se remonta a una década atrás, ha experimentado un significativo crecimiento en los últimos meses. De hecho, tiendas de moda, agencias de viajes y el sector tecnológico, han comenzado a implementar esta divisa digital entre sus opciones de pago. En este sentido, el nivel de capitalización de mercado de las dos monedas más empleadas, Bitcoin y Ethereum, supera con creces el billón de dólares.
Ventajas de las criptomonedas
Actualmente, el principal uso de las criptomonedas se centra en la inversión, casi siempre, con fines especulativos. No obstante, en lo que a su aplicación práctica se refiere, la tecnología «blockchain» dispone de numerosas ventajas para el comercio electrónico.
En primer lugar, destaca su inmediatez, un atributo muy bien valorado si se tiene en cuenta que las transferencias bancarias pueden tardar días en efectuarse. Además, el pago con criptomonedas solamente requiere un ordenador y conectividad a la red.
Por otra parte, cabe señalar la confidencialidad y seguridad que ofrecen. Se trata de transacciones totalmente anónimas y garantizadas por toda la red de «blockchain». Esto se debe a la cadena de bloques que conforma dicho sistema, ya que dificulta reutilizar o falsificar criptomonedas y cancelar una transacción una vez completada. Asimismo, la tecnología de encriptación de las criptomonedas cuenta con un mayor nivel de seguridad para los datos de los compradores. Así, se evita la posibilidad de ciberataques.
Finalmente, se considera una ventaja el coste menor de las transferencias con criptomonedas. Sin embargo, se trata de un aspecto que no siempre se cumple, aunque, en general, el coste es un 1% menor. De este modo, los usuarios que empleen dicho método de pago pueden aumentar los márgenes de beneficio y reducir los costes adicionales.
Riesgos de las criptomonedas
Más allá de las ventajas mencionadas, es importante señalar que el pago mediante criptomonedas tiene ciertos puntos débiles. Por ello, antes de lanzarse a la piscina con esta creciente tendencia, es importante conocer todas sus facetas, especialmente las negativas.
En este sentido, cabe señalar la volatilidad como un factor preocupante al realizar operaciones con criptomonedas. Un dato que demuestra a la perfección dicho aspecto es que, el pasado mes de octubre, el Bitcoin llegó a superar los 66.000 dólares, mientras que en marzo de este año se situaba en menos de 40.000 dólares. Sin embargo, los expertos señalan que todo apunta a que su precio se irá estabilizando durante los próximos meses. No obstante, y como respuesta a la incertidumbre que genera esta volatilidad, ya han aparecido alternativas como las “stable coins”, una variedad de criptomonedas con un rango de fluctuación mínimo y mucho más útiles para comercios y usuarios.
Otro riesgo a tener en cuenta es la regulación y fragmentación de divisas. En este sentido, las criptomonedas, que abogan por ser una herramienta democratizadora al margen de gobiernos e instituciones financieras, no pueden estar cubiertas por mecanismos de protección como los Fondos de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversores.
Por último, es importante mencionar el impacto negativo de las criptomonedas en el medio ambiente. Esto se debe a que el minado, la serie de cálculos criptográficos que aseguran y registran las operaciones con criptomonedas, requieren un elevado consumo energético. De hecho, las estimaciones para 2021 del Bitcoin Electricity Consumption Index de la Universidad de Cambridge señalaban que el Bitcoin consume aproximadamente 143 teravatios por hora (TWh) de electricidad al año. Dicha cifra se traduce en alrededor del 0,65% del consumo mundial de electricidad y más que países como Noruega, Chile o Suiza.
*Para más información: packlink.es
25.04.2022