Los diez mitos erróneos de las secadoras, según AEG
30 enero, 2020Según el estudio AEG Habits Research elaborado por AEG, firma del Grupo Electrolux, aunque la penetración de las secadoras sigue creciendo en los hogares españoles nuestro país está aún por debajo de la media europea. Los datos de EuroMonitor International indican que la presencia de este electrodoméstico ha pasado de un 15,6% en 2017 a un 19% en 2019. Así, Holanda, Dinamarca y Alemania son los países con mayor instalación de este electrodoméstico en los hogares.
Sin embargo, curiosamente, los españoles que tienen una secadora ponen más cargas semanales que otros europeos. El informe CECED Thumble dryer report de marzo de 2018 indica que en España la media es de 3,8, frente a las 2,8 de los suecos. Además, una vez se tiene secadora en casa, casi un 100% de los usuarios aseguran estar satisfechos o muy satisfechos. Asimismo, si se habla de secado, el 64% de las personas comprueban las instrucciones de la ropa y solo el 28% confía en que no se estropee en la secadora.
Borja Cameron, director de comunicación de la firma AEG en España, explica: Por nuestros estudios hemos detectado que tenemos muchas creencias sobre este electrodoméstico, mitos que nos hacen descartar su compra aunque, sin lugar a duda, una vez que se dispone de una secadora no se puede vivir sin ella.
Los 10 grandes mitos sobre secadoras detectados por AEG
- Encogen la ropa: Con la tecnología de bomba de calor, la temperatura es menor, por lo que no estropea la prenda.
- Es mejor secar al aire. El sol desgasta los colores y deja la ropa más acartonada. Además, tender la ropa hace que las prendas se deformen y las pinzas dejan marcas incómodas de planchar después.
- Sólo valen para secar algodón. La secadora hace su función para cualquier tipo de tejido. Las últimas tecnologías permiten secar prendas con varias capas o incluso recuperar su impermeabilidad.
- Consumen mucha energía. Una secadora consume al mes desde 1,52 euros con 13 cargas. La bomba de calor trabaja a menos temperatura y hace que necesite menos gasto energético.
- No todas las prendas salen secas. Las tecnologías han mejorado con el tiempo. Las máquinas ya no giran en un solo sentido, haciendo que la prenda se enrolle y se exponga a los sensores de detección de humedad del tambor, que incluso ya son por escaneo, sin que la prenda entre en contacto con el tambor.
- Tardan demasiado tiempo, los programas son muy largos. Hay ciclos cortos y largos, depende de las prendas.
- Tengo mucha ropa con etiqueta No Secadora. El etiquetado de las prendas está obsoleto, no tiene en cuenta las nuevas tecnologías. Por ejemplo, el programa Woolmark certifica que se puede meter la lana más delicada.
- No se pueden secar en una misma carga prendas con diferentes colores. Los colores de la colada no afectan a los resultados de la secadora.
- Las prendas salen muy arrugadas. Al revés, las tecnologías de recirculación de aire y los giros del tambor en varios sentidos hacen que las prendas no se enrollen. Además, los programas especializados de vapor refrescan las prendas y destensan las fibras, lo que ahorra tiempo de planchado.
- No tengo espacio para tener una. Hay opciones: secadoras en torre, que ocupan la mitad de espacio que un tendedero tradicional, y las lavadora-secadora, que ofrecen ambas funciones y buenos resultados en la mitad de tiempo.
*Para más información: www.aeg.com.es
30.01.2020