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Bomba de calor: Eficiencia energética y confort sostenible

6 noviembre, 2024

La descarbonización del sector de la edificación es fundamental para la lucha para el cambio climático y, en este contexto, la bomba de calor se ha establecido en los últimos años como una alternativa eficiente y sostenible para suministrar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) a los edificios.

Esta tecnología está considerada como la más efectiva para conseguir la meta de la Unión Europea (UE) de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, así como para alcanzar los objetivos establecidos por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para el mismo año.

En concreto, la bomba de calor es una máquina térmica que funciona a través de un ciclo de refrigeración reversible, mediante la extracción de la energía del aire exterior. Así, aproximadamente un 70% de la energía que utiliza proviene del aire exterior, mientras que el resto procede de la electricidad.

Solución eficiente y sostenible

En esta línea, la elevada eficiencia de la bomba de calor es una de sus características más destacadas. Esta eficiencia es cercana al 200 o 300% en climas fríos, y puede alcanzar valores del 300 o 400% en climas templados, en comparación con el límite del 100% propio de las calderas de condensación de gas.

Del mismo modo, el uso de la bomba de calor evita la emisión de humos procedentes de la combustión local, disminuye el empleo y la dependencia de elementos no renovables, como el petróleo o el gas natural, favorece la electrificación y contribuye a la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Junto al transporte, la calefacción es la principal causa de contaminación del aire, produciendo NOx, SO2 y partículas finas. La polución de los sistemas de calefacción resulta especialmente problemática en zonas densamente pobladas, afectando directamente a la salud pública.

Además, la transición hacia soluciones sostenibles como la bomba de calor es esencial en España, donde el sector del calor y el frío representó en 2021 el 33% del consumo final de energía y el 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La mayor parte de esta energía surgió de fuentes fósiles, siendo el gas la fuente principal.

La fiscalidad perjudica la competitividad de la bomba de calor

Sin embargo, la actual fiscalidad energética está causado una pérdida de competitividad de las bombas de calor respecto a las calderas de condensación de gas natural. Por un lado, el equipo e instalación de la bomba de calor tiene un coste de alrededor de 300 euros al año, frente al de la caldera de condensación, que no llega a los 150 euros al año.

No obstante, la bomba de calor brinda al consumidor final un ahorro de 250 euros al año en consumo energético, en contraste con la caldera de condensación, que supone un coste cercano a los 450 euros anuales en consumo de gas natural. De esta manera, eliminando los efectos de la fiscalidad, el consumidor final lograría un ahorro superior a 50 euros anuales con la bomba de calor.

Aun así, con la fiscalidad actual, debido a los impuestos y cargos que gravan la electricidad, la bomba de calor resulta hasta 160 euros anuales más cara que otras opciones más contaminantes.

Sonitrón

06.11.2024

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