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En 2030 se generarán 82 millones de toneladas de RAEE en el mundo, un 32% más que en 2022

20 octubre, 2025
En 2030 se generarán 82 millones de toneladas de RAEE en el mundo, un 32% más que en 2022

El estudio de las Naciones Unidas «Global E-Waste Monitor 2024», recogido por la cooperativa de telecomunicaciones Somos Conexión, revela que en 2030 el planeta producirá 82 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), superando en un 32% los 62 millones de 2022. Además, el mismo año, la tasa de reciclaje caerá al 20%.

En este sentido, el volumen de residuos generado en 2022 fue un 82% mayor al de 2010, y tan solo una quinta parte del mismo (un 22,3%) fue documentado como recogido y reciclado de forma ambientalmente adecuada. El resto se perdió en vertederos, incineradoras o cadenas informales de reciclaje que no garantizan la seguridad ambiental ni la salud de las personas.

Mercè Botella, socia fundadora de Somos Conexión, explica que «la sociedad ha aprendido a borrar un archivo con un clic, pero no a limpiar sus residuos digitales. Cada dispositivo electrónico en desuso que no se recicla ni reutiliza, cada copia de seguridad guardada en la nube que nadie revisa y cada cuenta abandonada contribuyen a una deuda energética y ecológica que seguimos ignorando«.

Crecimiento exponencial de la basura electrónica

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la basura electrónica o e-waste es una de las corrientes de residuos sólidos que más rápido crecen en el mundo. Cuando se degradan, estos residuos pueden liberar hasta 1.000 sustancias químicas distintas, incluyendo plomo, mercurio, cadmio o retardantes bromados.

Igualmente, en algunos países envías de desarrollo, a los que llegan toneladas de residuos exportados desde Europa o Norteamérica, cientos de miles de personas, entre ellos niños, trabajan en su manipulación sin protección, inhalando gases tóxicos y contaminando suelos y aguas.

«Muchos dispositivos que aquí consideramos inservibles terminan en manos de personas que los desmantelan con sus propias manos, poniendo en riesgo su salud para recuperar unos gramos de cobre o de oro. No se trata solo de contaminación: detrás de cada residuo hay historias humanas invisibles y un sistema global que externaliza sus desechos«, comenta Botella.

Aunque los RAEE generados en 2022 contenían materiales valiosos (cobre, oro, hierro o aluminio) por un valor aproximado de 91.000 millones de dólares (unos 78.000 millones de euros), solo una fracción de ellos fue recuperada. Asimismo, tal solo 81 países (el 42% del total) cuentan con leyes o políticas específicas sobre residuos electrónicos, y muchos no disponen de mecanismos eficaces de cumplimiento.

La basura invisible

También, el «Global E-Waste Monitor 2024» señala que los centros de datos y las infraestructuras digitales son responsables de alrededor del 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una cifra que podría duplicarse en menos de cinco años si no se adoptan medidas de eficiencia y depuración digital.

Del mismo modo, se calcula que en 2025 se habrá generado un volumen de datos digitales de 175 ZB, cinco veces mayor al de 2018. No obstante, hasta el 60% de los datos almacenados por empresas y organismos son redundantes, obsoletos o triviales, lo cual implica un consumo de recursos sin propósito.

En esta línea, Botella afirma que «el problema no es la tecnología, sino nuestra relación con ella. Debemos aprender a depurar tanto como a innovar. El progreso no puede seguir generando residuos infinitos, porque si lo hace, el futuro será un vertedero digital. El progreso tiene que ser sostenible, o no lo podremos llamar progreso».

*Para más información: https://somconnexio.coop/ https://ewastemonitor.info/

Sonitrón

20.10.2025